TEMA 10
Textos periodísticos. Variación lingüística. La Literatura ilustrada
Sesión segunda:
Identifica los rasgos de variación lingüistica en este artículo de El País:
Sesión cuarta:
Comenta conforme al modelo de Lázaro Carreter y G. Correa el siguiente fragmento de la epístola IV de las Cartas Marruecas de Cadalso:
Sesión quinta:
Sesión segunda:
Identifica los rasgos de variación lingüistica en este artículo de El País:
AL MENOS 24 PALESTINOS HEERIDOS EN OTRA JORNADA DE PROTESTAS EN HEBRÓN
Soldados
israelíes hirieron ayer con sus disparos a por lo menos 24 palestinos, uno de
ellos de gravedad, al enfrentarse a los manifestantes que les lanzaban bombas incendiarias
y piedras en Hebrón, según manifestaron testigos presenciales. Con ellos son
250 los heridos palestinos –a los que hay que sumar una veintena de
soldados-desde que se iniciaron las protestas al principio del pasado junio. La
batalla de Hebrón, como ya se conoce la protesta desde hace cuatro semanas,
enfrenta a jóvenes palestinos y militares israelíes, ilustra el proceso muerto
en el que se encuentra el proceso de paz y la radicalización de la población de
los territorios ocupados a resultas de una colonización que no cesa.
De
acuerdo con el relato de varios testigos presenciales, jóvenes palestinos
enmascarados lanzaron ayer una vez más bombas de fabricación casera contra los
soldados. Estos por su parte, dispararon munición real y balas de goma con
núcleos de acero desde los tejados y las barricadas tras las que se había
parapetado a lo largo de la calle de Shalala, que divide Hebrón en dos
sectores, el controlado por Israel y el controlado por la Autoridad Palestina.
Los enfrentamientos, que se ciñen a esa línea de demarcación, son violentos,
pero limitados.
Los
responsables sanitarios de un ambulatorio de campaña instalado en la línea de
enfrentamientos declararon haber evacuado al menos a 24 personas heridas por
munición real o alcanzadas por las balas de goma con núcleo de acero. Dos
adolescentes se encontraban en estado grave tras haber sido alcanzados en la
cabeza.
El País, (12/07/1997)
Sesión tercera:
Debajo de aquel árbol
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de ramas bulliciosas,
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donde las auras suenan,
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donde el favonio sopla,
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donde sabrosos trinos
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el ruiseñor entona,
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y entre guijuelas ríe
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la fuente sonorosa;
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la mesa, oh Nise, ponme
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sobre las frescas rosas,
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y de sabroso vino
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llena, llena la copa.
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Y bebamos alegres
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brindando en sed beoda,
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sin penas, sin cuidados,
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sin sustos, sin congojas;
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y deja que en la corte
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los grandes en buen hora,
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de adulación servidos,
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con mil cuidados coman.
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Anacreóntica,
José Iglesias de la
Casa
Verdes campos, florida y ancha vega,
donde Bernesga próvido reparte
su onda cristalina; alegres prados,
antiguos y altos chopos, que su orilla
bordáis en torno, ¡ah, cuánto gozo, cuánto
a vuestra vista siente el alma mía!
¡Cuán alegres mis ojos se derraman
sobre tanta hermosura! ¡Cuán inquietos,
cruzando entre las plantas y las flores,
ya van, ya vienen por el verde soto
que al lejano horizonte dilatado
en su extensión y amenidad se pierde!
Ora siguen las ondas transparentes
del ancho río, que huye murmurando
por entre las sonoras piedrezuelas;
ora de presto impulso arrebatados
se lanzan por las bóvedas sombrías
que a lo largo del soto, entretejiendo
sus copas, forman los erguidos olmos,
y mientras van acá y allá vagando,
la dulce soledad y alto silencio
que reina aquí, y apenas interrumpen
el aire blando y las canoras aves,
de paz mi pecho y de alegría inundan.
¿Y hay quien de sí y vosotros olvidado
viva en afán o muera en el bullicio
de las altas ciudades? ¿Y hay quien, necio,
del arte las bellezas anteponga,
nunca de ti, oh Natura, bien copiadas,
a ti, su fuente y santo prototipo?
¡Oh ceguedad, oh loco devaneo,
oh míseros mortales! Suspirando
vais de contino tras la dicha, y mientras
seguís ilusos una sombra vana
os alejáis del centro que la esconde.
¡Ah! ¿dónde estás, dulcísimo Batilo,
que no la vienes a gozar conmigo
en esta soledad? Ven en su busca
do sin afán probemos de consuno
tan süaves delicias: corre, vuela,
y si la sed de más saber te inflama,
no creas que entre gritos y contiendas
la saciarás. ¡Cuitado!, no lo esperes,
que no escondió en las aulas rumorosas
sus mineros riquísimos Sofía.
Es más noble su esfera: el universo
es un código; estúdiale, sé sabio.
Entra primero en ti, contempla, indaga
la esencia de tu ser y alto destino.
Conócete a ti mismo, y de otros entes
sube al origen. Busca y examina
el orden general, admira el todo,
y al Señor en sus obras reverencia.
donde Bernesga próvido reparte
su onda cristalina; alegres prados,
antiguos y altos chopos, que su orilla
bordáis en torno, ¡ah, cuánto gozo, cuánto
a vuestra vista siente el alma mía!
¡Cuán alegres mis ojos se derraman
sobre tanta hermosura! ¡Cuán inquietos,
cruzando entre las plantas y las flores,
ya van, ya vienen por el verde soto
que al lejano horizonte dilatado
en su extensión y amenidad se pierde!
Ora siguen las ondas transparentes
del ancho río, que huye murmurando
por entre las sonoras piedrezuelas;
ora de presto impulso arrebatados
se lanzan por las bóvedas sombrías
que a lo largo del soto, entretejiendo
sus copas, forman los erguidos olmos,
y mientras van acá y allá vagando,
la dulce soledad y alto silencio
que reina aquí, y apenas interrumpen
el aire blando y las canoras aves,
de paz mi pecho y de alegría inundan.
¿Y hay quien de sí y vosotros olvidado
viva en afán o muera en el bullicio
de las altas ciudades? ¿Y hay quien, necio,
del arte las bellezas anteponga,
nunca de ti, oh Natura, bien copiadas,
a ti, su fuente y santo prototipo?
¡Oh ceguedad, oh loco devaneo,
oh míseros mortales! Suspirando
vais de contino tras la dicha, y mientras
seguís ilusos una sombra vana
os alejáis del centro que la esconde.
¡Ah! ¿dónde estás, dulcísimo Batilo,
que no la vienes a gozar conmigo
en esta soledad? Ven en su busca
do sin afán probemos de consuno
tan süaves delicias: corre, vuela,
y si la sed de más saber te inflama,
no creas que entre gritos y contiendas
la saciarás. ¡Cuitado!, no lo esperes,
que no escondió en las aulas rumorosas
sus mineros riquísimos Sofía.
Es más noble su esfera: el universo
es un código; estúdiale, sé sabio.
Entra primero en ti, contempla, indaga
la esencia de tu ser y alto destino.
Conócete a ti mismo, y de otros entes
sube al origen. Busca y examina
el orden general, admira el todo,
y al Señor en sus obras reverencia.
Epístola Quinta A Batilo
Gaspar Melchor de
Jovellanos
EL LEÓN Y EL RATÓN
Estaba
un ratoncillo aprisionado
en las garras de un león; el desdichado
en la tal ratonera no fue preso
por ladrón de tocino ni de queso,
sino porque con otros molestaba
al león, que en su retiro descansaba.
Pide perdón, llorando su insolencia.
Al oír implorar la real clemencia,
responde el rey en majestuoso tono
(no dijera más Tito) : «¡Te perdono!»
Poco después cazando el león, tropieza
en una red oculta en la maleza.
Quiere salir; mas queda prisionero.
Atronando la selva ruge fiero.
El libre ratoncillo, que lo siente,
corriendo llega, roe diligente
los nudos de la red, de tal manera,
que al fin rompió los grillos de la fiera.
Conviene al poderoso
para los infelices ser piadoso;
tal vez se puede ver necesitado
del auxilio de aquel más desdichado.
en las garras de un león; el desdichado
en la tal ratonera no fue preso
por ladrón de tocino ni de queso,
sino porque con otros molestaba
al león, que en su retiro descansaba.
Pide perdón, llorando su insolencia.
Al oír implorar la real clemencia,
responde el rey en majestuoso tono
(no dijera más Tito) : «¡Te perdono!»
Poco después cazando el león, tropieza
en una red oculta en la maleza.
Quiere salir; mas queda prisionero.
Atronando la selva ruge fiero.
El libre ratoncillo, que lo siente,
corriendo llega, roe diligente
los nudos de la red, de tal manera,
que al fin rompió los grillos de la fiera.
Conviene al poderoso
para los infelices ser piadoso;
tal vez se puede ver necesitado
del auxilio de aquel más desdichado.
Félix
María Samaniego
LAS MOSCAS
A
un panal de rica miel
dos
mil moscas acudieron,
que
por golosas murieron
presas
de patas en él.
Otra
dentro de un pastel
enterró
su golosina.
Así,
si bien se examina,
los
humanos corazones
perecen
en las prisiones
del
vicio que los domina.
Félix
María de Samaniego
Sesión cuarta:
Comenta conforme al modelo de Lázaro Carreter y G. Correa el siguiente fragmento de la epístola IV de las Cartas Marruecas de Cadalso:
Los
europeos del siglo presente están insufribles con las alabanzas que amontonan
sobre la era en que han nacido. Si los creyeras, dirías que la naturaleza
humana hizo una prodigiosa e increíble crisis precisamente a los mil y
setecientos años cabales de su nueva cronología.[…]
¿Qué
se han hecho esas ventajas tan jactadas por ti y por tus semejantes? Concédote
cierta ilustración aparente que ha despojado a nuestro siglo de la austeridad y
rigor de los pasados; pero, ¿sabes de qué sirve esta mutación, este oropel que
brilla en toda Europa y deslumbra a los menos cuerdos? Creo firmemente que no
sirve más que de confundir el orden respectivo, establecido para el bien de
cada estado en particular.[…]
Aunque todo esto [la decadencia general de los
estados] no fuese así en varias partes de Europa, ¿puedes dudarlo respecto de
la tuya? La decadencia de tu patria en este siglo es capaz de demostración con
todo el rigor geométrico. ¿Hablas de población? Tienes diez millones escasos de
almas, mitad del número de vasallos españoles que contaba Fernando el Católico.
Esta disminución es evidente. Veo algunas pocas casas nuevas en Madrid y tal
cual ciudad grande; pero sal por esas provincias y verás a lo menos dos
terceras partes de casas caídas, sin esperanza de que una sola pueda algún día
levantarse. Ciudad tienes en España que contó algún día quince mil familias,
reducidas hoy a ochocientas. ¿Hablas de ciencias? En el siglo antepasado tu
nación era la más docta de Europa, como la francesa en el pasado y la inglesa
en el actual; pero hoy, del otro lado de los Pirineos, apenas se conocen los
sabios que así se llaman por acá. ¿Hablas de agricultura? Ésta siempre sigue la
proporción de la población. Infórmate de los ancianos del pueblo, y oirás
lástimas. ¿Hablas de manufacturas? ¿Qué se han hecho las antiguas de Córdoba,
Segovia y otras? Fueron famosas en el mundo, y ahora las que las han
reemplazado están muy lejos de igualarlas en fama y mérito: se hallan muy en
sus principios respecto a las de Francia e Inglaterra».
Me preparaba a proseguir por otros
ramos, cuando se levantó muy sofocado el apologista, miró a todas partes y, viendo
que nadie le sostenía, jugó como por distracción con los cascabeles de sus dos
relojes, y se fue diciendo:
-No consiste en eso la cultura del
siglo actual, su excelencia entre todos los pasados y venideros, y la felicidad
mía y de mis contemporáneos. El punto está en que se come con más primor; los
lacayos hablan de política; los maridos y los amantes no se desafían; y desde
el sitio de Troya hasta el de Almeida, no se ha visto producción tan honrosa
para el espíritu humano, tan útil para la sociedad y tan maravillosa en sus
efectos como los polvos sampareille
inventados por Mr. Friboleti en la calle de San Honorato de París.
-Dices muy bien -le repliqué-; y me
levanté para ir a mis oraciones acostumbradas, añadiendo una, y muy fervorosa,
para que el cielo aparte de mi patria los efectos de la cultura de este siglo,
si consiste en lo que éste ponía su defensa.
Sesión quinta:
En el siguiente enlace de la Biblioteca Virtual Cervantes encontrarás el libreto completo de la comedia de Leandro Fernández de Moratín El sí de las niñas:
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